Circular

En la línea que describe un círculo no se distingue el principio del final. Y en este mismo pretexto es en el que se basa la circularidad en las industrias. Cuando decimos que una industria es circular, nos referimos a su capacidad de aprovechar los recursos de forma eficiente, reduciendo el consumo, el desperdicio y la contaminación. Se trata de un modelo económico y social necesario para los tiempos actuales, ya que busca generar valor sin comprometer el medio ambiente ni las generaciones futuras. El diseño de los productos, como actividad creativa e innovadora, tiene un papel clave para impulsar la transición hacia la circularidad, aportando soluciones que respondan a las necesidades y expectativas de las personas, las empresas y la sociedad.
Incorporar las industrias del diseño en la circularidad supone un reto porque implica cambiar la forma de pensar, de producir y de consumir. Implica pasar de un modelo lineal basado en el «usar y tirar» a un modelo circular basado en el «reducir, reutilizar y reciclar». Este cambio de mentalidad implica también integrar criterios ambientales y sociales en todas las fases del proceso de diseño, desde la concepción hasta el final de la vida útil del producto.
Para afrontar este reto, las industrias del diseño deben contar con herramientas, conocimientos y recursos que les permitan innovar y diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo y exigente. Deben ser capaces de analizar los datos que les ofrece la realidad, pero también de intuir las necesidades y expectativas de las personas. Deben ser capaces de diseñar productos que cumplan con los aspectos funcionales y estéticos, pero también con los aspectos culturales y éticos.
LA CIRCULARIDAD EN LA COMUNITAT VALENCIANA
El tejido industrial de la Comunitat Valenciana es muy variado, lo que permite la producción de una gran variedad de productos agroalimentarios, textiles, cerámicos, metalúrgicos o químicos. Estos sectores se encuentran en contacto directo con las universidades y centros de investigación valencianos, que generan un conocimiento aplicable a diferentes procesos.
Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en los campos y tierras de cultivo, donde sus residuos se pueden revalorizar y emplear como materia prima. Dependiendo de su origen se pueden obtener compuestos útiles para la creación de bioplásticos, piensos, medicamentos e incluso combustibles que puedan utilizarse en los propios campos donde se obtienen los residuos, lo que cerraría el círculo.
Pero sin duda, una de las mayores cualidades de las personas que se dedican a realizar estas investigaciones es su disposición a la cooperación. Los investigadores universitarios y los innovadores de las empresas han formado redes y creado plataformas en diferentes campos de estudio que facilitan el intercambio de información, conocimiento y buenas prácticas en materia de economía circular. Esto ha resultado en la producción de patentes de distinta índole, tanto nacionales como internacionales, que confirman la transferencia de un conocimiento útil para la sociedad.
En conclusión, incorporar las industrias en la circularidad es un reto y una oportunidad para el desarrollo industrial inclusivo y sostenible. Y en este aspecto, la Comunitat Valenciana tiene el potencial y la capacidad para liderar esta transición y convertirse en un referente de la economía circular a nivel nacional e internacional.