En la Comunitat Valenciana, existe un gran potencial en el ámbito de la salud, tanto en el conocimiento de I+D, liderado por las seis fundaciones y centros de investigación sanitaria y biomédica de la región, como en el tecnológico, a través de los once institutos de la región. A pesar de que cada vez existen más conexiones entre estos agentes y las empresas, todavía aparecen obstáculos a la hora de que el conocimiento generado en centros de conocimiento sea transferido al ámbito empresarial.
Actualmente se han puesto en marcha diversas iniciativas que buscan que las empresas generen soluciones a problemas y desarrollos tecnológicos para la sociedad gracias a la conexión conocimiento-empresa. Algún ejemplo son los trabajos llevados a cabo con el CEIE de Salud de la Agencia Valenciana de la Innovación (AV) y los proyectos de transferencia de los institutos tecnológicos.
Existen multitud de posibilidades de desarrollos tecnológicos e innovaciones que pueden solucionar los retos de salud a los que se enfrenta la sociedad. Entre las nuevas demandas crecientes destacan los retos asociados a: envejecimiento de la población y los pacientes crónicos, así como soluciones en campos de la medicina preventiva, el diagnóstico y pronóstico basado en nuevas tecnologías, la medicina personalizada, la promoción de la actividad física y el deporte, o la investigación sobre la resistencia a los antibióticos. De igual forma, el envejecimiento del mercado laboral es susceptible de requerir una gestión preventiva de salud y adaptación de puestos de trabajo, basada en la innovación y la digitalización.
Destacan también los avances para conseguir un envejecimiento activo y saludable, así como para impulsar acciones que luchen contra la soledad. Así, muchas de las soluciones a estos problemas pueden venir de la mano de herramientas de Inteligencia Artificial o Big data aplicada a datos de historias clínicas; crear instrumental quirúrgico basado en la robótica, desarrollar tecnologías de imagen médica, bioimpresión o asistentes de voz entre otros, muchos los cuales están ya en marcha y cuentan con redes de colaboración activas.
Estos nuevos desarrollos tecnológicos y las herramientas digitales que se pongan al servicio de los usuarios deberán tener en cuenta los sesgos de género, edad u otros factores que generan brechas tecnológicas e impiden que esas soluciones innovadoras lleguen a todos los ámbitos de la vida.